Muchas gente asocia ecológico igual a saludable, pero esto no siempre es así.
Un producto es ecológico es aquel: según el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino
- Proveniente de la agricultura o ganadería ecológica.
- Producido sin el uso de sustancias químicas de síntesis: pesticidas, fertilizantes, medicamentos.
- Obtenido respetando el ritmo de crecimiento de plantas y animales.
- Elaborado sin adición de sustancias artificiales(*): aditivos, colorantes, saborizantes, aromas.
* Que no estén incluidas en una lista restringida de sustancias con autorización para ser usadas en la elaboración de productos ecológicos.
Todo esto implica que los productos ecológicos
- Son respetuosos con el medio ambiente
- Respetuosos con el bienestar animal
- Método racional y sostenible de cultivo y crianza
- Calidad gustativa: sabor, aroma, textura
- Basados en métodos de elaboración tradicionales
Pues bien, viendo esta definición y explicación todos pensaríamos que un producto ecológico es saludable. El problema viene cuando ese producto no es una materia prima sino que es un procesado. Por ejemplo en el mercado podemos encontrar galletas o magdalenas ecológicas con chocolate con poco cacao, aceites de baja calidad y gran cantidad de azúcar. También podemos encontrar hamburguesas vegetales y ecológicas pero con aceite de baja calidad o carne roja procedente de animales alimentados con productos ecológicos, pero no deja de ser carne roja y por lo tanto no es beneficiosa para la salud.
Con este post no quiero decir que no se consuman productos ecológicos sino que nos fijemos bien en el etiquetado de los procesados ecológicos para poder filtrar los que contienen ingredientes no deseables.
Los menús ecológicos para colegios y guarderías elaborados en Diet&Nut utilizan solo materia prima ecológica.